Si mal no recuerdo llegué a conocer a Odile Baron Supervielle,
por Jorge Cruz (1). En esos momentos Cruz era editor de literatura del diario
La Nación. Y a él llegué por unos trabajos que estaba haciendo sobre la obra de
Albert Camus. Me dejó el teléfono de la periodista que escribía para el suplemento literario. No la conocía y no
había leído nada de ella. Creo que nos encontramos a hablar por un bar cerca de
su domicilio y me puso al tanto de sus entrevistas y sus viajes al gran centro
cultural que era París. Con una gran humildad, que siempre me asombró, contaba
sobre personas que había conocido y me dejó contactos para visitar y
entrevistar escritores en Argentina. Uno de los primeros fue José Bianco (2), quien
había sido secretario de redacción de la revista Sur de Victoria Ocampo. En un
departamento modesto, Bianco me contó cuando lo visitó a Camus en París. Lo
invitaban a comer en su casa, y conoció a su esposa, Francis Faure, recién llegada
de Argelia, quien preparaba la comida. Me sorprendía la sencillez con que
relataba el haberse encontrado con Camus, antes de recibir el Nóbel, por la
década del 50. Lo había conocido antes, cuando el autor de ‘La
peste’, había estado en Argentina, invitado por Victoria Ocampo y vivió en la
casa de San Isidro.
Odile una vez me presentó a poetas uruguayos, no me olvido, porque era cerca
del fin de la Guerra de Malvinas, y debatíamos sobre lo que vendría. Esa vez
fuimos a ver una obra de teatro. Nos consiguió las entradas de la actriz uruguaya China Zorrilla (3). Era ‘Emily’, sobre las cartas de la poeta norteamericana
Emily Dickinson. Charlamos con China antes de su representación, con esa
modestia que caracteriza a los uruguayos. Odile había nacido en Montevideo, en
ese tiempo no lo sabía. Como nunca había relacionado su nombre con el Banco, sí
sospechaba que tendría algún parentesco con el poeta francés Jules Supervielle (quien era su padrino).
Luego leyendo uno de las historias sobre ella, comprendía la leyenda de la
llegada de su abuelo de Francia, donde el barco naufragó y llegó hasta las
costas de Uruguay.
Todos los años recibía su tarjeta postal de navidad
(las tengo en mis archivos). Era una persona muy creyente, y seguíamos hablando
de libros. Le había comentado sobre un artículo de Gloria Alcorta (4), en cómo
había conocido a Albert Camus en Francia. La anécdota se puede resumir, en que
ella había leído sus dos novelas y esperaba- por ese mensaje moral que aparece
en sus personajes- a un hombre mayor de traje raído-. Cuando preguntó si Camus
había venido a esa fiesta que se hacía en el salón de una embajada, él mismo le
dijo, que era un señor bajito que andaba por
otro salón. Veía a ese hombre más parecido a Humprey
Bogart, que se reía por los rincones. Igual que Victoria Ocampo, pensaba que el
autor de ‘El extranjero’, tenía mucho de parecido a cualquier escritor porteño, en la manera de hacer esas bromas. Mucho no le había gustado ese tipo de
chistes, lo dejaba claro en el artículo. Odile lamentó que Alcorta no estuviera
en Buenos Aires, ya que venía de vez en cuando, pero estaba más en París, y que
era una persona accesible, y no tendría problemas en hablar del Camus que
conoció. Así era ella, atenta ante preguntas del mundo literario local y de
quienes podía contactar por ese tiempo.
Había terminado de leer ‘Los conquistadores’ y ‘La
condición humana’. Sabía muy poco por ese entonces del autor: solo que esas
novelas están ambientadas en China. Son las rebeliones, torturas y asesinatos
de militantes. Algo tan lejano para la Europa de la década del 30, pero que
vivirían en carne propia diez años después, con la ocupación de Francia. Cuando supe más de el autor del
premio Goncourt de 1933, y que había luchado en la Guerra Civil española, como
comandante de una escuadrilla de aviones en 1936 (5): Odile me dijo que lo
había conocido. Ese gran escritor, aventurero, hombre de la resistencia
francesa, ministro de cultura era André Malraux. Había llegado a nuestro país
en una gira que realizó por varios países Latinoamericanos, que incluían
Argentina, Chile, Brasil, como Ministro de Asuntos Culturales. Victoria Ocampo
había traducido algunos de sus libros y artículos que le enviaba el escritor,
antes de la Segunda Guerra Mundial. Luego siguió con varios tomos que
continuaron su ‘Antimemorias’.
Cuando Malraux visitó Buenos Aires, lo llevaron a
recorrer el cementerio de La Recoleta. Odile estaba indignadísima: “con todo lo
que tiene Argentina para mostrar solo lo llevaron ahí”, me dijo. Y creo que fue
en ese momento que el autor de ‘La esperanza’, pronunció aquella frase célebre
sobre nuestro país: “Buenos Aires es la
capital de un Imperio que nunca fue”. Tantas resonancias tiene esa frase,
como aquella, que en el momento de la prohibición del peronismo, el general De Gaulle, al visitar nuestro país en 1964, era visto como el general Perón (6).
Odile no solo tenía conexiones internacionales. Aquí
era conocida de Borges, Sábato, Mujica Lainéz, Marechal, Mallea: la mayoría de los
que escribían en la revista Sur; en Francia había entrevistado a Jacques Lacan,
Susan Sontang, Margarite Duras; y todo lo contaba con una sencillez (que en
estos tiempos ya no se escucha para nada). Por eso entendí esa gran alegría que
había puesto en palabras cuando el ex
Ministro de Cultura de De Gaulle, le dio unos cinco minutos para una
entrevista; que por supuesto duraron mucho más. Allí relataba que lo había encontrado
escribiendo uno de los últimos tomos de sus biografías (porque Malraux, parece
que hubiera tenido más de cien vidas). La había recibido una sobrina de la
última pareja de André, Louise de Villmorin. Con quien habían estado juntos en
los 60, con el Malraux, que restauraba museos, que generaba políticas de
cultura para el cine, la música, el teatro, la ópera. Y que viajaba llevando a la
‘Mona Lisa’ por todos los museos donde lo invitaran. Sophie de Vilmorin, era
quien cuidaba de Malraux. No solo era su secretaria. Odile dice muy
escuetamente en ese artículo, si no había algo más en esa pareja, a pesar de
los treinta años de diferencia: “Al
verla tan joven y bella -explica- me pregunté si no era algo más que la
secretaria de Malraux. Esa pregunta, que por supuesto no formulé, quedó sin
respuesta hasta ahora, hasta que he leído su libro”. Sophie
editó ‘Aimer encore’ contando también ese complicado tiempo (7). Odile falleció
40 años después de Malraux (en1976); fue reconocida por suerte como periodista
y escritora y premiada por la amistad
argentino- francesa, en crítica y divulgación.
Carlos
Liendro
edita en facebook: 'El diccionario de Malraux'
Notas:
(1(1) Jorge
Cruz (1930- ), trabajó y dirigió el suplemento literario de La Nación, hasta su
retiro en 1996. En el 2002 fue incorporado a la Academia Nacional de letras y
es actualmente integrante de la Academia Nacional de Periodismo desde 2003.
Ocupa el sillón dejado por Victoria Ocampo.
(2(2) José
Bianco (1908- 1986). Fue periodista y traductor. Integró parte del círculo de la
Revista Sur. Intervino como jurado en el Premio de las Casas de las Américas.
Desde allí hubo un distanciamiento con Victoria Ocampo. Su novela ‘Las ratas’
es una de las más conocidas.
(3(3) Concepción
Matilde Zorrilla (1922- 2014), actriz de teatro, cine. Integró la compañía de teatro de Margarita Xirgu. Vivió
en Inglaterra, New York y Francia. Hija del escultor José Luis Zorrilla de San
Martín. Nieta del embajador
plenipotenciario del Uruguay Juan Zorrilla de San Martín. Cuando fue el golpe
militar en Uruguay en la década del 70, se quedó trabajando en Argentina. En
2008 recibió el Premio de ‘Caballero de las Artes y de las Letras’, del
gobierno francés.
(4 (4) Gloria
Alcorta (1915- 2012) Su libro ‘El hotel de la luna’, donde retrataba el estilo
de vida de la oligarquía argentina, la hizo enfrentarse a Victoria Ocampo.
(5(5) André
Malraux (1901- 1976). Va a la zona de Indochina como arqueólogo. Es acusado de
robar estatuillas de los templos Khmer (que pertenecían a las colonias de
Francia en la región) y paso un año en prisión. Se conecta con los grupos anticolonialistas, funda un diario y como
periodista de la región se mueve también en China. Allí conoce las revueltas
del partido comunista chino, en 1927. Sus militantes son traicionados,
torturados y asesinados. Eso cuenta en sus dos novelas, editadas en 1928 y
1933. En 1936 ya estaba interviniendo en la Guerra Civil española como
militante antifascista del lado republicano. Durante la ocupación de Francia
por los nazis, será parte de la resistencia, armando el escuadrón Alsacia- Lorena
que liberará ciudades del norte.
(6(6) El
general De Gaulle en su estadía por Argentina. visitó la fábrica Renault en
Córdoba. En su comitiva estaba el Ministro de Asuntos Culturales, quien era tan
requerido como el presidente de Francia. La seguridad era muy fuerte. La charla
que debía dar De Gaulle en la Facultad de Derecho se restringió a unos pocos. La CGT había dado la
orden de concurrir a los actos de De Gaulle. El gobierno radical reprimió en las calles con gases lacrimógenos.
(7(7) Malraux,
luego de ser ministro no se quedó quieto. Los conflictos entre Paquistán y la
India, y las atrocidades de las muertes de inocentes por parte de los
paquistaníes lo llevaron a tomar partido por organizar un grupo para ir a Bangla Desh, en 1971, como
lo hizo en la Guerra Civil española. El conflicto se solucionó con la independencia
de Bangla Desh. Hoy hay plazas y lugares de Universidades que llevan su nombre.