martes, 17 de noviembre de 2020

ODILE Y MALRAUX

 






Si mal no recuerdo llegué a conocer a Odile Baron Supervielle, por Jorge Cruz (1). En esos momentos Cruz era editor de literatura del diario La Nación. Y a él llegué por unos trabajos que estaba haciendo sobre la obra de Albert Camus. Me dejó el teléfono de la periodista que escribía para  el suplemento literario. No la conocía y no había leído nada de ella. Creo que nos encontramos a hablar por un bar cerca de su domicilio y me puso al tanto de sus entrevistas y sus viajes al gran centro cultural que era París. Con una gran humildad, que siempre me asombró, contaba sobre personas que había conocido y me dejó contactos para visitar y entrevistar escritores en Argentina. Uno de los primeros fue José Bianco (2), quien había sido secretario de redacción de la revista Sur de Victoria Ocampo. En un departamento modesto, Bianco me contó cuando lo visitó a Camus en París. Lo invitaban a comer en su casa, y conoció a su esposa, Francis Faure, recién llegada de Argelia, quien preparaba la comida. Me sorprendía la sencillez con que relataba el haberse encontrado con Camus, antes de recibir el Nóbel, por la década del 50. Lo había conocido antes, cuando el autor de ‘La peste’, había estado en Argentina, invitado por Victoria Ocampo y vivió en la casa de San Isidro.

Odile una vez me presentó a  poetas uruguayos, no me olvido, porque era cerca del fin de la Guerra de Malvinas, y debatíamos sobre lo que vendría. Esa vez fuimos a ver una obra de teatro. Nos consiguió las entradas de la actriz uruguaya China Zorrilla (3). Era ‘Emily’, sobre las cartas de la poeta norteamericana Emily Dickinson. Charlamos con China antes de su representación, con esa modestia que caracteriza a los uruguayos. Odile había nacido en Montevideo, en ese tiempo no lo sabía. Como nunca había relacionado su nombre con el Banco, sí sospechaba que tendría algún parentesco con el poeta francés Jules Supervielle (quien era su padrino). Luego leyendo uno de las historias sobre ella, comprendía la leyenda de la llegada de su abuelo de Francia, donde el barco naufragó y llegó hasta las costas de Uruguay.

Todos los años recibía su tarjeta postal de navidad (las tengo en mis archivos). Era una persona muy creyente, y seguíamos hablando de libros. Le había comentado sobre un artículo de Gloria Alcorta (4), en cómo había conocido a Albert Camus en Francia. La anécdota se puede resumir, en que ella había leído sus dos novelas y esperaba- por ese mensaje moral que aparece en sus personajes- a un hombre mayor de traje raído-. Cuando preguntó si Camus había venido a esa fiesta que se hacía en el salón de una embajada, él mismo le dijo, que era un señor bajito que andaba por  otro salón. Veía a ese hombre más parecido a Humprey Bogart, que se reía por los rincones. Igual que Victoria Ocampo, pensaba que el autor de ‘El extranjero’, tenía mucho de parecido a cualquier escritor porteño, en la manera de hacer esas bromas. Mucho no le había gustado ese tipo de chistes, lo dejaba claro en el artículo. Odile lamentó que Alcorta no estuviera en Buenos Aires, ya que venía de vez en cuando, pero estaba más en París, y que era una persona accesible, y no tendría problemas en hablar del Camus que conoció. Así era ella, atenta ante preguntas del mundo literario local y de quienes podía contactar por ese tiempo.

Había terminado de leer ‘Los conquistadores’ y ‘La condición humana’. Sabía muy poco por ese entonces del autor: solo que esas novelas están ambientadas en China. Son las rebeliones, torturas y asesinatos de militantes. Algo tan lejano para la Europa de la década del 30, pero que vivirían en carne propia diez años después, con la ocupación de Francia. Cuando supe más de el autor del premio Goncourt de 1933, y que había luchado en la Guerra Civil española, como comandante de una escuadrilla de aviones en 1936 (5): Odile me dijo que lo había conocido. Ese gran escritor, aventurero, hombre de la resistencia francesa, ministro de cultura era André Malraux. Había llegado a nuestro país en una gira que realizó por varios países Latinoamericanos, que incluían Argentina, Chile, Brasil, como Ministro de Asuntos Culturales. Victoria Ocampo había traducido algunos de sus libros y artículos que le enviaba el escritor, antes de la Segunda Guerra Mundial. Luego siguió con varios tomos que continuaron su ‘Antimemorias’.

Cuando Malraux visitó Buenos Aires, lo llevaron a recorrer el cementerio de La Recoleta. Odile estaba indignadísima: “con todo lo que tiene Argentina para mostrar solo lo llevaron ahí”, me dijo. Y creo que fue en ese momento que el autor de ‘La esperanza’, pronunció aquella frase célebre sobre nuestro país: “Buenos Aires es la capital de un Imperio que nunca fue”. Tantas resonancias tiene esa frase, como aquella, que en el momento de la prohibición del peronismo, el general De Gaulle, al visitar nuestro país en 1964, era visto como el general Perón (6).

Odile no solo tenía conexiones internacionales. Aquí era conocida de Borges, Sábato, Mujica Lainéz, Marechal, Mallea: la mayoría de los que escribían en la revista Sur; en Francia había entrevistado a Jacques Lacan, Susan Sontang, Margarite Duras; y todo lo contaba con una sencillez (que en estos tiempos ya no se escucha para nada). Por eso entendí esa gran alegría que había puesto en palabras cuando  el ex Ministro de Cultura de De Gaulle, le dio unos cinco minutos para una entrevista; que por supuesto duraron mucho más.  Allí relataba que lo había encontrado escribiendo uno de los últimos tomos de sus biografías (porque Malraux, parece que hubiera tenido más de cien vidas). La había recibido una sobrina de la última pareja de André, Louise de Villmorin. Con quien habían estado juntos en los 60, con el Malraux, que restauraba museos, que generaba políticas de cultura para el cine, la música, el teatro, la ópera. Y que viajaba llevando a la ‘Mona Lisa’ por todos los museos donde lo invitaran. Sophie de Vilmorin, era quien cuidaba de Malraux. No solo era su secretaria. Odile dice muy escuetamente en ese artículo, si no había algo más en esa pareja, a pesar de los treinta años de diferencia: Al verla tan joven y bella -explica- me pregunté si no era algo más que la secretaria de Malraux. Esa pregunta, que por supuesto no formulé, quedó sin respuesta hasta ahora, hasta que he leído su libro”. Sophie editó ‘Aimer encore’ contando también ese complicado tiempo (7). Odile falleció 40 años después de Malraux (en1976); fue reconocida por suerte como periodista y escritora  y premiada por la amistad argentino- francesa, en crítica y divulgación.

Carlos Liendro

edita en facebook: 'El diccionario de Malraux'

Notas:

(1(1)   Jorge Cruz (1930- ), trabajó y dirigió el suplemento literario de La Nación, hasta su retiro en 1996. En el 2002 fue incorporado a la Academia Nacional de letras y es actualmente integrante de la Academia Nacional de Periodismo desde 2003. Ocupa el sillón dejado por Victoria Ocampo.

(2(2)  José Bianco (1908- 1986). Fue periodista y traductor. Integró parte del círculo de la Revista Sur. Intervino como jurado en el Premio de las Casas de las Américas. Desde allí hubo un distanciamiento con Victoria Ocampo. Su novela ‘Las ratas’ es una de las más conocidas.

(3(3)   Concepción Matilde Zorrilla (1922- 2014), actriz de teatro, cine. Integró  la compañía de teatro de Margarita Xirgu. Vivió en Inglaterra, New York y Francia. Hija del escultor José Luis Zorrilla de San Martín. Nieta del  embajador plenipotenciario del Uruguay Juan Zorrilla de San Martín. Cuando fue el golpe militar en Uruguay en la década del 70, se quedó trabajando en Argentina. En 2008 recibió el Premio de ‘Caballero de las Artes y de las Letras’, del gobierno francés.

(4 (4)  Gloria Alcorta (1915- 2012) Su libro ‘El hotel de la luna’, donde retrataba el estilo de vida de la oligarquía argentina, la hizo enfrentarse a Victoria Ocampo.

(5(5)  André Malraux (1901- 1976). Va a la zona de Indochina como arqueólogo. Es acusado de robar estatuillas de los templos Khmer (que pertenecían a las colonias de Francia en la región) y paso un año en prisión. Se conecta con los grupos anticolonialistas, funda un diario y como periodista de la región se mueve también en China. Allí conoce las revueltas del  partido comunista chino, en 1927. Sus militantes son traicionados, torturados y asesinados. Eso cuenta en sus dos novelas, editadas en 1928 y 1933. En 1936 ya estaba interviniendo en la Guerra Civil española como militante antifascista del lado republicano. Durante la ocupación de Francia por los nazis, será parte de la resistencia, armando el escuadrón Alsacia- Lorena que liberará ciudades del norte.

(6(6)  El general De Gaulle en su estadía por Argentina. visitó la fábrica Renault en Córdoba. En su comitiva estaba el Ministro de Asuntos Culturales, quien era tan requerido como el presidente de Francia. La seguridad era muy fuerte. La charla que debía dar De Gaulle en la Facultad de Derecho se restringió a unos pocos. La CGT había dado la orden de concurrir a los actos de De Gaulle. El gobierno radical reprimió en las calles con gases lacrimógenos.

(7(7)  Malraux, luego de ser ministro no se quedó quieto. Los conflictos entre Paquistán y la India, y las atrocidades de las muertes de inocentes por parte de los paquistaníes lo llevaron a tomar partido por organizar  un grupo para ir a Bangla Desh, en 1971, como lo hizo en la Guerra Civil española. El conflicto se solucionó con la independencia de Bangla Desh. Hoy hay plazas y lugares de Universidades que llevan su nombre.