martes, 9 de junio de 2020

‘Cartas a un amigo en Israel’

(N de R: 'presentación' en España de un libro que está sin editar. Cuando decimos 'presentación' es que gracias a este mundo de las redes fue enviado al grupo de escritores). La idea del libro parte de las lecturas: los viajes de Sartre, Beauvoir y Lanzmann a Egipto e Israel, por 1967)

liendro
El psicólogo clínico, responsable del diario Pulsación, editor de Sexpol Ediciones y miembro de la Red Internacional de Escritores por la Tierra, Carlos Liendro, comparte con nosotros su último escrito, ‘Cartas a un amigo en Israel’. El argentino recuerda la importancia de la literatura epistolar y aprovecha para hablarnos de un tema que tristemente está de rabiosa actualidad.
Prólogo: Estos escritos forman parte de un nuevo trabajo que se llama ‘Cartas a un amigo en Israel’. Toma esa línea de escritores como Malraux (‘La tentación de occidente’) y de Camus (‘Cartas a un amigo alemán’), donde dialogan, interrogan y debaten sobre los sucesos del mundo. El primero era sobre China en la década de los 20 y el colonialismo francés y el segundo durante la segunda Guerra Mundial. Desconozco si hay autores sudafricanos que hayan utilizado esta técnica.
Éstas iban a llamarse ‘Cartas a un amigo en Haiffa’, por un mexicano que fue a vivir a aquel lugar; pero ante el recrudecimiento de la región en Gaza, decidí ampliarlo por otras personas que se han comunicado de Tel Aviv y Jerusalem. 
‘Cartas a un amigo en Israel’
Mucho de los entramados, creaciones, padecimientos se conocen en algunos autores por su correspondencia. Una de ellas -en estos momentos en que el mundo mira impotente por todo lo que está sucediendo en Gaza- es una respuesta que le da Hannan Arendt a Gershom Scholem, cuando éste le responde por sus tesis sobre los artículos y luego libro Eichmann en Israel.
(…) “me gustaría referirle una discusión que tuve en Israel con una alta personalidad política que, a mi modo de ver, era partidaria de una fatídica no separación de religión y Estado de Israel, y que decía (reproduzco el sentido de lo que dijo, pues no recuerdo ya cuáles fueron sus palabras exactas): ‘Comprenderá usted que, como socialista, no creo en Dios, creo en el pueblo judio”. Pienso que esta afirmación es terrible. Tan horrorizada me quedé que no fui capaz de responder, pero debería haberle dicho: lo grandioso de este pueblo ha sido precisamente su fe en Dios, una fe en la que la confianza yel amor a Dios superaba con mucho temor de Dios. ¿Y ahora resulta que este pueblo ya sólo cree en sí mismo? ¿Qué saldrá de aquí?”
Como sucede con todos los libros y sus problemas de traducción o edición, ‘la alta personalidad política’ era Golda Meir, en ese momento ministra israelí de Asuntos Exteriores en la época del proceso de Eichmann. Esta carta original de Arendt puede verse en la Biblioteca del Congreso.
Carlos Liendro

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