Quiero
comenzar por decir que estas mínimas tesis tienen una contra tesis. Esta última la puedo definir más rápido:
estaba escrito que debía llegar a esos autores. Es lo que los griegos
antiguos nos hablaban del destino. Pero quiero comenzar por el principio.
Leyendo
el libro ‘Soldados de Salamina’, que estaba entre la pila de novelas que dejaba
para las vacaciones, de Javier Cercas (1), podemos decir que me impactó el giro
que tomó en la tercera parte. Allí aparece Roberto Bolaño, como un personaje
que entrevistan y cuenta una historia que le permitiría resolver el final de lo
que venía escribiendo el mismo Cercas. Fui a buscar entre unas novelas que
había sacado una editorial los domingos, por medio de un diario, para ver si
estaba ahí algo de Bolaño. No había nada. Estaba la crema de la última horneada
de escritores mexicanos, españoles que son traducidos a varios idiomas. En esa parte el autor de ‘Soldados de
Salamina’ ubica a Bolaño más que como un héroe. Luego entiendo que el autor
de ‘Los detectives salvajes’, ya era famoso/ célebre, por sus libros y todos
los concursos que ganó y de los que vivió en España, luego de venir de México.
Lo que no me tragaba era como ya en la leyenda lo colocaba con los sucesos de
Chile del 73 (2). Esto de ser prisionero de Pinochet, conocer la guerra, y el
fascismo Latinoamericano. El autor lograba ese efecto. Nos venía relatando sobre los últimos días de la guerra civil española
en 1939, y de determinados personajes (como el falangista que es el personaje
central en la primera y segunda parte del libro) que quedan ambiguos ante las
nuevas generaciones, o de aquella profunda idea/ sentimiento que queda, cuando
los pueblos están divididos. Tal vez ahí está el secreto del libro. Buscar una
salida a algo tan complejo que cala hondo en la cultura, la política y la
historia. Cómo el éxito del libro de Cercas, le dio fama, poco leí sobre una crítica
a una técnica de estructura en mostrar cómo aparecen y se desenvuelven los
personajes dentro de un esquema de valores. Y ya me ponía en guardia en la
edición de ese libro la contratapa, con la recomendación de Varguitas (Vargas
Llosa), el adalid de la derecha literaria en estos tiempos.
Busqué
entonces ante esa duda, qué había hecho Bolaño, y reconociendo que no tenía ningún
libro y que solo había leído algo de poesía (3), algún cuento y entrevistas en
los suplementos y revistas literarias. Hasta ahora no leí una novela. Él había
salido de Chile muy joven y fue a México con su madre. Quiso volver para integrarse
en el cambio que estaba haciendo Salvador Allende, luego que ganó las
elecciones en 1970. Pero Bolaño llegó en
agosto del 73, antes del golpe. Luego fue a visitar a un amigo y lo detuvieron por
8 días. No por ser partidario de
Allende. Después volvió a irse de Chile como había llegado. No sé si Cercas
buscaba ese efecto al relatarlo en la tercera parte del libro, pero dentro de la
estructura que venía describiendo, lo lograba.
En síntesis, de esta
primera parte: me acerqué a otro autor como Bolaño. Comprendí donde había
escrito su poesía, junto a su amigo mexicano (Mario Santiago, que había creado ‘El
infrarealismo’), las internas con los grupos literarios y las ‘mafias’ editoras
de México (como sucede en todas partes del mundo), y de su salida otra vez para
otro país. Lo vi en sus entrevistas que están
en esa nueva ‘biblioteca de Alejandría’ que es Google. Entrevistado por sus
coterráneos que le sacan el jugo para hablar de poetas chilenos: Nicanor Parra,
Enrique Symms, Gabriela Mistral, Neruda; de cómo admiraba a Borges y a
Julio Cortázar. Últimamente en su leyenda llegan hasta comparar algunos de sus
libros con Rayuela.
En
esos videos, encontré una charla que dio Alan Pauls sobre Bolaño. Era ahí donde se animaba a hacer como una
especie de ranking, luego de ‘provocar’ (Bolaño) en alguno de sus ensayos
preguntando: ¿qué quedaba de la literatura argentina luego de la muerte de
Borges?. El ranking lo componía: Osvaldo Soriano, Lamborghini, y ya antes
había citado algo de Arlt (en esa tesis clásica de ser la contracara de Borges,
en las décadas del 20 y el 30). Lo que Pauls si resaltaba era qué había en los
libros de Bolaños con los de Borges. Y
plantea que ‘La literatura nazi en América’, aparecida en 1996, su tercera
novela- era- no un plagio- pero sí tenía la misma estructura que ‘Historia universal
de la infamia’ de don Jorge Luis.
(continuará)
Carlos Liendro
(1) El ensayo Una mirada
desde la fenomenología de la novela Soldados de Salamina
(2) Teniendo en cuenta
cuantos escritores, cineastas, gente, de la cultura tuvieron que salir al
exilio luego del golpe de Estado del 11 de septiembre.
(3) Algo de su poesía aparece
en el blog: ‘Lamiéndose como un gato’